Saturday, September 25, 2010

Socialismo en 307 palabras

Amazon.com ofrece 23.811 libros sobre el socialismo, un extenso y complejo cuerpo de ideas cuyo estudio podría ocupar una vida entera.

¿Qué queremos decir nosotros, legos en la materia, cuando hablamos de socialismo en Venezuela? Ensayemos una respuesta, encapsulada en 5 ideas que definen una visión personal.

1) Las desigualdades de poder y riqueza en la sociedad actual son injustificables. Resultan de la explotación. Transgreden un principio ético tan antiguo como la civilización: la reciprocidad. "Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros," reza el evangelio según San Lucas.

2) Cada quien tiene derecho a construir su entorno social, y expresar su individualidad, con su trabajo. El trabajo no es una mercancía.

3) Otro mundo es posible. Las injusticia que prevalece no es el destino inevitable de la especie humana. En toda persona coexisten pulsiones egoístas y altruistas; pero existen formas de organización social en las que el altruismo predomina sobre el egoísmo. (Nótese que esto no significa que los miembros de una sociedad tengan que sacrificar su individualidad y sus aspiraciones personales. Significa equilibrar la necesidad y la libertad.)

4) Hace menos de medio siglo que Martin Luther King pronunció estas palabras: "no nos revolquemos en el valle de la desesperanza... sueño que un día, en las colinas rojas de Georgia, los hijos de quienes fueron esclavos se sentarán a la mesa con los hijos de quienes fueron amos de esclavos." Las ideas, el trabajo y la cooperación pueden llevarnos a ese otro mundo posible.

5) Siglos de condición colonial han dejado su huella en nuestra psiquis colectiva. Pero somos capaces de construir nuestra identidad, de afirmarnos como pueblo libre. Lo estamos haciendo.

Esta es nuestra visión personal del socialismo, una contribución que se verá recompensada en la medida en que cada lector o lectora asuma el definir la suya propia.

Sunday, September 19, 2010

Combatir el delito

El Consejo Canadiense para el Desarrollo Social (CCSD) tiene como misión “desarrollar y promover políticas económicas y sociales que inspiren y formen comunidades resistentes, optimistas y prósperas”. Esta misión incluye diseñar políticas para combatir la delicuencia.

Resolver un problema pasa por investigar lo que hacen otros. Canadá es un país capitalista, es verdad, pero su tasa de homicidios es 20 veces menor que la nuestra. Examinemos como el CCSD aborda la cuestión del crimen.

El CCSD identifica 3 formas de prevenir el delito.

1) De desarrollo social.

2) Policiales, judiciales y correccionales.

3) Situacionales.

En relación al primer punto el CCSD señala que “ciertas formas de experiencia en la niñez correlacionan fuertemente con una alta probabilidad de delinquir en la vida futura: vivir en la pobreza, vivir en áreas marginales y no recibir atención familiar. ” Señala también que atender las condiciones sociales para reducir el crimen es de una efectividad “impresionante”.

Las políticas del gobierno bolivariano, orientadas a mejorar las condiciones sociales, son consistentes con lo que plantean el CCSD y otras instituciones globales. Esto reafirma que andamos por buen camino. Pero enfrentamos obstáculos.

1) Parte del dinero de los programas sociales termina en los bolsillos de corruptos: el delito mismo compromete nuestro mejor esfuerzo para combatirlo.

2) Nuestro sistema judicial es ineficaz, permisivo y a veces abiertamente criminal. ¿Cómo implementar entonces las necesarias medidas policiales, judiciales y correccionales? Habría que profundizar iniciativas como la Policía Nacional Bolivariana. Y complementarlas con una limpieza a fondo del Poder Judicial.

3) Organizaciones delictivas, de alta capacidad operativa y gran poder de fuego, han penetrado nuestros espacios institucionales y comunitarios. Esto dificulta modificar la situación material para prevenir el crimen.

Saturday, September 11, 2010

La Venezuela Petrolera

La economía petrolera y sus distorsiones.
Administrar bien el ingreso de los países petroleros es, en principio, lo mismo que administrar bien cualquier presupuesto. Pero algunos problemas específicos resaltan en estos paises: ¿cuánto ahorrar para generaciones futuras? ¿cómo alcanzar estabilidad económica en presencia de variaciones en el ingreso petrolero (evitando ciclos de auge y bancarrota)? ¿cómo garantizar un gasto de alta calidad (sea en la forma de grandes proyectos de inversión, consumo público, o subsidios)? Las recetas para enfrentar estos retos son claras en teoría. Pero a menudo chocan con la realidad de sistemas fiscales opacos y altamente politizados... En casos extremos, en los que un gobierno se mantiene en el poder sólo como resultado del dinero del petróleo, ningún ajuste fiscal será posible a menos que sea forzado por una crisis.
Dos años de crisis financiera mundial han producido una caída del consumo en Venezuela. Nuestra condición de país petrolero sugiere por qué. El consumo en Venezuela excede la capacidad productiva del país: buena parte de los bienes que consumimos son importados. Al disminuir el ingreso petrolero, baja la diponibilidad de divisas para importar. En ausencia de un aumento de la producción nacional disminuye, como resultado, el consumo.
Esto se agrava porque buena parte de los insumos para el sector productivo también son importados. Así que el descenso del ingreso petrolero golpea la capacidad productiva local, precisamente en el momento en el que más se necesita.
Para corregir esta situación y asegurar un nivel de consumo cónsono con una calidad de vida aceptable, habría que alcanzar por lo menos tres objetivos.1) Reducir el consumo no esencial.
2) Estimular la capacidad productiva del país, para adecuarla al nivel de consumo.
3) Disminuir el impacto de dos mecanismos de extracción de renta que han sido tradicionales en Venezuela: el clientelismo y la corrupción.

Sunday, September 05, 2010

Regulación Financiera, Gobierno y Cibernética

"Gobernar" deriva del griego "kybernan", que significa timonear, dirigir el rumbo de una embarcación. De "kybernan" deriva también "cibernética": la ciencia de los sistemas regulatorios. En este sentido gobernar un país significa regularlo, mantener en orden sus diversos subsistemas.

Ilustremos esta perspectiva del gobierno como regulador mediante un ejemplo que ha sido objeto de escrutinio en los últimos meses: el subsistema financiero.

Hay tres tipos de actores involucrados en el sistema financiero: los ahorristas, las instituciones bancarias y quienes requieren financiamiento para producir o adquirir bienes.

Equilibrar los intereses de estos actores no es fácil: el poder de las instituciones bancarias es mucho mayor que el de ahorristas, consumidores y productores. Para compensar esta asimetría de fuerzas es necesario que los bancos sean controlados por un tipo de actor adicional: los entes reguladores que designa el Estado.

En general las instituciones bancarias no aceptan pasivamente este control. Tratan de evadirlo, de varias formas.

La primera es capturar el poder político. Esto es lo que han hecho, en el transcurso de varias décadas, los agentes financieros en los Estados Unidos: han llevado al gobierno operadores políticos de su confianza. Una vez en el poder, estos operadores han desmontado el sistema regulatorio.

Una segunda forma de escapar a la regulación es el soborno o la concusión: en este caso los agentes reguladores reciben dinero a cambio de incumplir sus obligaciones.

En una tercera forma, más insidiosa, los entes reguladores abandonan su función legítima y usan su poder para convertirse, quizá a través de personas interpuestas, en actores del sistema financiero.

En los países desarrollados la primera forma, capturar el poder político, es la preferida. La segunda y la tercera no son tan comunes: en presencia de un sistema de justicia eficaz suponen un riesgo considerable.

En Venezuela, en ausencia de un sistema de justicia eficaz, los reguladores aprovechan su función para convertirse en actores financieros privilegiados. Esto, junto con el soborno y la concusión, obstruye la regulación financiera; en términos cibernéticos, desintegra el feedback loop que debería mantener en equilibrio los intereses de los ahorristas, las instituciones bancarias y quienes requieren financiamiento para producir o adquirir bienes.