El Príncipe, publicado por primera vez en Florencia en 1513, puede leerse como un manual que describe magistralmente las estrategias que un hombre de poder usa para imponer su voluntad sobre quienes gobierna.El príncipe debe saber encubrir el incumplimiento de lo que promete y ser hábil en disimular y en fingir. Los hombres son tan simples, y se sujetan a la necesidad en tanto grado, que el que engaña con arte halla siempre gente que se deja engañar.
—Nicolás Maquiavelo
Eran de la esencia política florentina la opresión, la intriga y la amoralidad, todas estas características que difícilmente pueden asociarse a una noción razonable de liderazgo. Si esto es así, ¿por qué citamos aquí a Maquiavelo?
Para contrastar el liderazgo con su polo opuesto: la tiranía.
El liderazgo no existe si no está íntimamente ligado a un propósito colectivo. Su eficacia no se juzga por la magnitud del poder que detenta un hombre, ni por la presencia mediática que comanda. Se juzga por el grado de satisfacción real de necesidades y aspiraciones humanas.
En la Venezuela de hoy vivimos de sobresalto en sobresalto: la delicuencia –cuyo inmenso poder le permite controlar las instituciones que supuestamente deberían combatirla– so pena de muerte nos obliga a encerrarnos en nuestras casas. En la Venezuela de hoy muchos, muchísimos trabajadores pasan la cuarta parte de sus días en un transporte público inseguro, insalubre e inhumano. (El país pierde en el tráfico casi la mitad de la capacidad productiva de su gente.) En la Venezuela de hoy la inobservancia de la ley hace que los inevitables conflictos entre ciudadanos degeneren en un combate cuerpo a cuerpo, que vivamos una realidad cotidiana en la que si un conductor trata de cambiar de canal en la autopista un motorizado se siente con derecho de patearle el vehículo y amenazarlo de muerte. En la Venezuela de hoy los escoltas de un alto funcionario que asiste a una fiesta en un edificio privado se apoderan de los puestos de los residentes del mismo.
Ante esta realidad, ¿podemos decir que existen en Venezuela líderes políticos? No.
Todo lo contrario, quienes detentan el poder político lo hacen porque entienden perfectamente que “los hombres son tan simples, y se sujetan a la necesidad en tanto grado, que el que engaña con arte halla siempre gente que se deja engañar”.
No porque sean capaces de articular un propósito colectivo.