Tuesday, July 26, 2011

¿Hay en Venezuela Líderes Políticos?

El príncipe debe saber encubrir el incumplimiento de lo que promete y ser hábil en disimular y en fingir. Los hombres son tan simples, y se sujetan a la necesidad en tanto grado, que el que engaña con arte halla siempre gente que se deja engañar.

—Nicolás Maquiavelo

El Príncipe, publicado por primera vez en Florencia en 1513, puede leerse como un manual que describe magistralmente las estrategias que un hombre de poder usa para imponer su voluntad sobre quienes gobierna.

Eran de la esencia política florentina la opresión, la intriga y la amoralidad, todas estas características que difícilmente pueden asociarse a una noción razonable de liderazgo. Si esto es así, ¿por qué citamos aquí a Maquiavelo?

Para contrastar el liderazgo con su polo opuesto: la tiranía.

El liderazgo no existe si no está íntimamente ligado a un propósito colectivo. Su eficacia no se juzga por la magnitud del poder que detenta un hombre, ni por la presencia mediática que comanda. Se juzga por el grado de satisfacción real de necesidades y aspiraciones humanas.

En la Venezuela de hoy vivimos de sobresalto en sobresalto: la delicuencia –cuyo inmenso poder le permite controlar las instituciones que supuestamente deberían combatirla– so pena de muerte nos obliga a encerrarnos en nuestras casas. En la Venezuela de hoy muchos, muchísimos trabajadores pasan la cuarta parte de sus días en un transporte público inseguro, insalubre e inhumano. (El país pierde en el tráfico casi la mitad de la capacidad productiva de su gente.) En la Venezuela de hoy la inobservancia de la ley hace que los inevitables conflictos entre ciudadanos degeneren en un combate cuerpo a cuerpo, que vivamos una realidad cotidiana en la que si un conductor trata de cambiar de canal en la autopista un motorizado se siente con derecho de patearle el vehículo y amenazarlo de muerte. En la Venezuela de hoy los escoltas de un alto funcionario que asiste a una fiesta en un edificio privado se apoderan de los puestos de los residentes del mismo.

Ante esta realidad, ¿podemos decir que existen en Venezuela líderes políticos? No.

Todo lo contrario, quienes detentan el poder político lo hacen porque entienden perfectamente que “los hombres son tan simples, y se sujetan a la necesidad en tanto grado, que el que engaña con arte halla siempre gente que se deja engañar”.

No porque sean capaces de articular un propósito colectivo.

Monday, July 11, 2011

Casas, Héroes y Colores en La Victoria

Fotos de La Victoria, Municipio José Félix Ribas, Estado Aragua, Venezuela.
Casas en la plaza Jose Felix Ribas en el centro de La Victoria, Aragua, Venezuela
Calle 5 de Julio con calle Soublette

Casa amarilla y perro en la plaza Jose Felix Ribas de La Victoria, Aragua, Venezuela
Perro y casa amarilla en la calle Soublette

Estatua de Jose Felix Ribas en La Victoria, Aragua, Venezuela
Monumento a la batalla de La Victoria

Iglesia de la plaza Jose Felix Ribas de La Victoria, Aragua, Venezuela
Catedral Nuestra Señore de Guadalupe

Hombre Barrendero en la plaza Jose Felix Ribas de La Victoria, Aragua, Venezuela
Barrendero en la plaza José Felix Ribas

Hombre vendedor de cafe en la plaza Jose Felix Ribas de La Victoria, Aragua, Venezuela
Vendedor de café en la plaza José Felix Ribas

Teatro Municipal en la plaza Jose Felix Ribas de La Victoria, Aragua, Venezuela
Sala Maestro Primo Casale

Color de barrio en la Victoria, Aragua, Venezuela
Barrio El Calvario


La plaza José Felix Ribas de la Victoria luce en estas fotos como la plaza Bolívar de cualquier pueblo de Venezuela. Edificios de gobierno, teatros y casas de colores brillantes se ordenan a su alrededor.

Pero es la estatua de José Felix Ribas, héroe de la Batalla de La Victoria, la que ocupa el lugar de honor, la que invoca la estirpe de la Venezuela que amanece.

Thursday, July 07, 2011

Fotos de El Hatillo: Amanecer

Municipio El Hatillo, amaneciendo.
Dawn sky and trees in El Hatillo Caracas Venezuela

Silhouette on dawn sky in El Hatillo Caracas Venezuela

El día que tomamos estas fotos las nubes en el cielo del Hatillo amanecieron luciendo un color borgoña que recuerda la elegancia de un vestido de noche. En la tierra amaneció la silueta de lo que aún nos queda de bosque tropical.