Friday, January 27, 2006

La Misión Ciencia y el Cieguito del Acordeón

Hace veinte años caminabamos por el boulevard de Sabana Grande con un colega científico. El colega venía del extranjero a dictar un curso en la Universidad Simón Bolívar. Como no hablaba español conversabamos en inglés.

En la boca de un pasaje un cieguito tocaba música en un acordeón de juguete. A sus pies unas pocas monedas yacían en el fondo de una lata vieja. Cuando nos escuchó hablar en inglés se emocionó y empezó a tocar más rápido y fuerte.

“Dólares”, debe haber pensado.

El colega extranjero hablaba con efusividad, estimulado por el bullicio del boulevard. Lo tomé del brazo y nos detuvimos frente a la lata de monedas. La expectativa iluminaba el rostro del cieguito. Pero el colega extranjero, más bien pichirre, no captaba la sugerencia. Y hablaba y hablaba. El semblante del cieguito comenzó a oscurecerse, así que saqué una generosa porción de billetes de mi bolsillo y se los entregué. El cieguito los palpó y sonrió, satisfecho.

Mi amigo siguió hablando, impermeable al episodio. Mas adelante compró unas joyas baratas para su esposa.

Quizás la controversia que ha generado la Misión Ciencia no es tan filosófica. A lo mejor es un asunto de darle algo al cieguito.

Y de no olvidar que en este país cieguitos somos todos.

Thursday, January 26, 2006

En el Foro Social Mundial

Compartimos con un compañero argentino nuestra percepción de las fortalezas y debilidades de nuestra revolución boliviariana. Coincidimos en que del éxito de la integración latinoamericana depende el éxito de la revolución. Hablamos del enorme poder que contiene nuestra cultura. El compañero trabaja en las villas, como ellos llaman a sus barrios. Nos cuenta como la pobreza extrema llevó a la gente a crear una economía basada en el trueque de bienes producidos en las mismas villas. En un momento hasta llegó a emerger un sistema monetario informal. Expresamos nuestra preocupación por la solapada y creciente represión de la crítica interna al proceso. El compañero argentino nos advierte la peligrosidad de inhibir la crítica: la falta de análisis crítico, el pensamiento monocromático, fueron factores que contribuyeron a destruir el peronismo.

Un camarada indígena de Ecuador nos narra el triunfo de Evo Morales como parte de un drama que comenzó hace quinientos trece años, cuando nuestras culturas ancestrales comenzaron a ser destruídas por el invasor español. Su perspectiva cultural enriquece nuestra comprensión y nos recuerda la importancia de no identificar el mundo con los esquemas que construímos para analizarlo.

Un camarada campesino boliviano nos señala que en Bolivia ha sido la acción popular organizada y constante la que ha llevado a Evo Morales al poder. En Bolivia el pueblo está organizado. El camarada campesino contrasta esto con lo que sucede en Venezuela, donde el Presidente Chávez accede al poder como resultado de una lucha política tradicional y ahora intenta utilizar su posición para generar organización popular. Lo que quizás no sabe el camarada boliviano es que la clase política que accedió al poder con el Presidente ahora inhibe la organización popular.

El día brilla y el aire es transparente. La gente fluye contenta por los espacios del Teatro Teresa Carreño. Hay mucha gente joven, hay mucha belleza. En el parque Los Caobos hay un pueblo de tiendas de campaña. Nos imaginamos adentro, hace muchos años; y la nostalgia nos toca, por un momento.

Wednesday, January 18, 2006

Apartaderos

Cuando el tiempo no era aún el tiempo, cinco águilas blancas sacudieron sus plumas y se convirtieron en la roca y la nieve de los cinco picos de la Sierra Nevada.

Al pie de la Sierra el aire es más delgado. La vida del páramo se impone apenas sobre el frío, sobre el paisaje áspero que nos recuerda nuestro lugar en el cosmos. En el páramo el planeta en que vivimos se muestra como el pedazo de roca que es.

Al lado de la Sierra concurren los valles de tres ríos: el Motatán, el Chama y el Santo Domingo. Los tres nombres susurran el terror que sintieron nuestros antepasados cuando la codicia armada de acero, sífilis y pólvora ascendió desde el llano a caballo.

Si sentados arriba en el Pico el Aguila escuchamos con reverencia, podemos distinguir el sonido de los tres vientos que transportan la voz de los tres valles. Abajo, donde se apartan los tres caminos que descienden al lado de los tres ríos, está el pueblo de Apartaderos.