Aún los ángeles anhelan mirar
Desde cirros y nimbos
y azules
a la iglesia de tejas
de tierra
cerro arriba de la mar,
bajo el sol,
descendió en alas mudas
un ángel.
Resonó entonces de las campanas
el bronce
llamando a la misa de los muertos.
Del viento
los dedos ligeros rozando su piel,
el ángel
se imaginó hombre. Caminó entre piedras
y cactos
hacia la puerta, la gente y la oscuridad.
De negro
una mujer se acercó.
Susurró
desde tiempos lejanos.
–Yo soy tu madre.
y azules
a la iglesia de tejas
de tierra
cerro arriba de la mar,
bajo el sol,
descendió en alas mudas
un ángel.
Resonó entonces de las campanas
el bronce
llamando a la misa de los muertos.
Del viento
los dedos ligeros rozando su piel,
el ángel
se imaginó hombre. Caminó entre piedras
y cactos
hacia la puerta, la gente y la oscuridad.
De negro
una mujer se acercó.
Susurró
desde tiempos lejanos.
–Yo soy tu madre.
No comments:
Post a Comment