La economía petrolera y sus distorsiones.
Administrar bien el ingreso de los países petroleros es, en principio, lo mismo que administrar bien cualquier presupuesto. Pero algunos problemas específicos resaltan en estos paises: ¿cuánto ahorrar para generaciones futuras? ¿cómo alcanzar estabilidad económica en presencia de variaciones en el ingreso petrolero (evitando ciclos de auge y bancarrota)? ¿cómo garantizar un gasto de alta calidad (sea en la forma de grandes proyectos de inversión, consumo público, o subsidios)? Las recetas para enfrentar estos retos son claras en teoría. Pero a menudo chocan con la realidad de sistemas fiscales opacos y altamente politizados... En casos extremos, en los que un gobierno se mantiene en el poder sólo como resultado del dinero del petróleo, ningún ajuste fiscal será posible a menos que sea forzado por una crisis.
Dos años de crisis financiera mundial han producido una caída del consumo en Venezuela. Nuestra condición de país petrolero sugiere por qué. El consumo en Venezuela excede la capacidad productiva del país: buena parte de los bienes que consumimos son importados. Al disminuir el ingreso petrolero, baja la diponibilidad de divisas para importar. En ausencia de un aumento de la producción nacional disminuye, como resultado, el consumo.
—Alan Gelb, Finance & Development (2003)
Esto se agrava porque buena parte de los insumos para el sector productivo también son importados. Así que el descenso del ingreso petrolero golpea la capacidad productiva local, precisamente en el momento en el que más se necesita.
Para corregir esta situación y asegurar un nivel de consumo cónsono con una calidad de vida aceptable, habría que alcanzar por lo menos tres objetivos.1) Reducir el consumo no esencial.
2) Estimular la capacidad productiva del país, para adecuarla al nivel de consumo.
3) Disminuir el impacto de dos mecanismos de extracción de renta que han sido tradicionales en Venezuela: el clientelismo y la corrupción.
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