El absurdo como sistema
En 1979, hace cuatro décadas, comprar gas en El Hatillo era cosa fácil. Bastaba con llamar a uno de tres distribuidores, Di Gas, Palma Gas o Tauro Gas, para que al día siguiente una bombona fuese despachada a la casa —dentro de un término razonable de la hora para la cual había sido prometida—. Comprar gas no era un trauma. Como tampoco lo eran comprar comida o medicinas, comer en un restaurante, usar el transporte público o manejar de noche por una carretera. Comprar gas, sin retrasos ni contratiempos, siguió siendo parte de lo cotidiano durante las subsiguientes tres décadas.Hoy, cuando ha transcurrido una década más, las cosas son muy distintas. En toda Venezuela comprar gas se ha vuelto una penuria —penuria que es síntoma entre muchos de la degradación de la calidad de vida que nos ha traído el gobierno de los peores, la kakistocracia—.
¿Cómo fue desmantelado el servicio de distribución de gas?
El 3 de septiembre de 2007 Rafael Ramírez y Hugo Chávez Frías, “para acabar con el ‘oligopolio’ que imperaba entre los industriales del gas en bombonas”, crearon PDVSA Gas Comunal, cuyo objetivo sería “garantizar el suministro de GLP y Gas Metano en forma oportuna, confiable y segura a las comunidades”. La grandilocuencia de Chávez como muchas otras veces se estrelló con la realidad: el oligopolio se convirtió en monopolio –y a la vuelta de pocos años el servicio se vino al suelo–.
El desastre de PDVSA Gas Comunal no es un ejemplo aislado.
PDVSA Gas Comunal es, de hecho, paradigma representativo de como desgobierna la kakistocracia, que parece estar maldita por un toque de Midas al revés, que convierte en basura todo lo que toca.
La gerencia de PDVSA Gas Comunal, si es que se puede llamar gerencia a un desorden, es la típica gerencia de la kakistocracia. Los siguientes son ejemplos del desbarajuste:
– Ya no podemos pedir gas por teléfono. Ninguno de los números de nuestro distribuidor, Cacique Baruta, contesta. Que esto es verdad puede ser verificado por el lector: los números son 0212 9451131, 0212 9452572, 0212 9454308 y 0212 9452913. (Tampoco contesta el número de acceso nacional 0800 BOMBONA. Y los mensajes a la cuenta de Twitter @0800Bombona no son respondidos).
– Hace muchos años que Cacique Baruta no nos entrega factura.
– Los camiones de Cacique Baruta no despachan gas a nuestra vivienda, pero ocasionalmente nos topamos con ellos en la calle. Evidentemente los choferes están vendiendo gas a quienes a ellos les da la gana, cuando les da la gana.
La propaganda de PDVSA Gas Comunal, como toda la propaganda de la kakistocracia, es bombástica y basada en la mentira descarada. Mientras la gente no tiene gas la gerencia de PDVSA Gas Comunal se jacta de tener oficinas en todo el país “para dar el mejor servicio”, de ser una “suma de talento humano, tecnología, inversión y una gran infraestructura industrial”, y de expresar “la sabiduría, conciencia y productividad del pueblo”.– Hace muchos años que Cacique Baruta no nos entrega factura.
– Los camiones de Cacique Baruta no despachan gas a nuestra vivienda, pero ocasionalmente nos topamos con ellos en la calle. Evidentemente los choferes están vendiendo gas a quienes a ellos les da la gana, cuando les da la gana.
Por último PDVSA Gas Comunal, al igual que los demás entes de la kakistocracia, es intrínsecamente incapaz de corregir sus graves defectos. Sus funcionarios son sordos a la crítica y no responden a las denuncias, por bien sustentadas que estén.
La gerencia de Gas Comunal, kakistocracia al fin, se declara infalible, perfecta, paradigma resplandesciente para todos los pueblos del planeta.
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