Saturday, August 28, 2010

Venezolanos

Fotos de la gente de Venezuela.
Hombre y mujer en Chirimena Miranda Venezuela


Niño pescando en Chirimena Miranda Venezuela


Niños jugando en Chirimena Miranda Venezuela

Hombre en una marcha en la Avenida Libertador Caracas Venezuela


Niña vendiendo banderas en la Avenida Libertador Caracas Venezuela

Joel Mieres Comite Ali Primera 23 de enero Caracas Venezuela

Ciclista en Avenida Principal de La Lagunita El Hatillo Caracas Venezuela

¿Cuál es el pegamento que mantiene unido este país? ¿De dónde sale la energía que nos cohesiona? ¿Del Estado? ¿Del sistema económico? ¿De las ideas?

No lo creo.

Pero sí hay entre nosotros un afecto que nos hace reconocernos. Que mantiene intacta nuestra identidad en medio de la más turbulenta de las confusiones.

Friday, August 27, 2010

Arte en Strawberry Fields, forever

La importancia del arte en la sociedad.
Ciudad CCS publicó una lista que incluye a Strawberry Fields entre las 10 mejores canciones de Los Beatles. Grabada originalmente en 1967, Strawberry Fields apareció por segunda vez en The Beatles Anthology, una recopilación que en 1996 recogió el trabajo del grupo. La versión en esta antología documenta los sucesivos intentos que llevaron a la forma final de la canción.

En 1996 mi hijo, aún un niño, estudiaba Bachillerato. Una tarde hacía una tarea que le resultaba muy difícil. A tal extremo que se desesperó y gritó "¡esto no sirve, no puedo hacerlo!"

Lo llamé y le pedí que escucharamos el CD, que acababa de comprar. Puse la primera version de Strawberry Fields: una cinta muy cruda en la que John Lennon canta por la nariz mientras toca una secuencia de arpegios en una guitarra acústica. Se equivoca varias veces y en un punto, frustrado, opta por rasguear los acordes. Le pregunté a mi hijo:

"¿Qué te parece esta canción?"

"Esa vaina es bien triste papá, que chimba," respondió.

"OK, escuchemos la segunda versión."

En la segunda versión George Harrison toca en la guitarra una misteriosa y evocadora línea melódica. Paul Mc Cartney ensaya un entorno armónico en el bajo. John Lennon canta con más seguridad y marca la secuencia de acordes con precisión. Ringo propone un sustrato rítmico muy sencillo.

"¿Qué te parece ahora?," le pregunté.

"Se me paran los pelos, que canción tan buena."

Puse la última versión, con la orquestación completa.

"¿Y ahora?"

Mi hijo saltó del entusiasmo y respondió:

"¡Esos tipos eran unos genios...!"

"¿Entendiste?"

"¡Sí!"

Y se fue a hacer su tarea, feliz.


El arte es importante porque nos muestra que la razón última del trabajo es el trabajo en sí.

Las visiones totalizantes, los simplismos maniqueos, dominan nuestro discurso público. Son chirridos que nos pintan un mundo insoportablemente pueril, de un agobiante fastidio. Nos alienan.

El arte, por el contrario, nos libera. Nos recuerda la prodigiosa complejidad de la experiencia humana.

Saturday, August 21, 2010

La muerte, lo sagrado y lo social

La muerte es la más importante de las transiciones que marcan el discurrir de la vida. Ocurre en tres planos.

El primero es el de la conciencia de quien fallece ¿cesa la existencia espiritual? Algunos pensamos que sí. Otros, quizás son mayoría, piensan que el alma es inmortal, que en el momento de la muerte simplemente cambia de modo de existir.

El segundo es el del cuerpo físico, que cesa de funcionar, se descompone y se desintegra.

El tercer plano es el social, el que involucra a quienes nos sobreviven. La muerte impone a los deudos una ausencia terrible. Aceptar esta ausencia trasciende lo racional, requiere necesariamente invocar lo sagrado.

Lo sagrado se hace concreto en el papel que una sociedad asigna a sus muertos. En la sala de mi bisabuelo, por ejemplo, colgaban las fotos de la difunta Pagua, el difunto Sinforoso, la difunta Genoveva. Ellos, nuestros ancestros, nos acompañaban. Protegían nuestros sueños infantiles.

Lo sagrado siempre se invoca en el tratamiento del cadáver: en el lavarlo, vestirlo, cargarlo en hombros hasta el cementerio. Es tan sagrado el cuerpo que un cierto criterio antropológico define como humanos a los primeros homínidos que enterraron a sus muertos y cubrieron sus tumbas de flores.

El editor de un diario que algún día fue referente para los venezolanos profanó los cuerpos de compatriotas cuyas vidas fueron arrebatadas por la inaceptable y vergonzosa violencia que nos azota. Hizo lo mismo un anciano dirigente político, que en su juventud fue icono de la política de izquierda.

¿Qué terribles demonios invadieron el espíritu de estos dos venezolanos? No lo sabemos, no queremos saberlo. Nuestra venezolana solidaridad nos llama en todo caso a compadecerlos.

La política es necesariamente una lucha, es agónica. Pero es un error permitir que el antagonismo político usurpe el lugar de lo más sagrado, que es la vida misma.

Sunday, August 15, 2010

Tráfico en Caracas, Trabajo y Desarrollo Urbano

En ausencia de diseño urbano.
Santiago Ramón y Cajal vive sus veintitantos en El Hatillo. Trabaja en el centro de Caracas. Se levanta de madrugada y contempla el duro día que le espera. Respira hondo, hojea por unos minutos las Meditaciones de Marco Aurelio y sale al estacionamiento. Si todavía no se ha armado la cola es posible que llegue en una hora a Carmelitas. Si la cola ya comenzó tardará hasta 3 horas.

Antonio Padrón se levanta oscuro en los Frailes de Catia. En la calle rondan los malandros. Se persigna, sale y busca la protección de otros vecinos que también van a trabajar. Con suerte llegará a El Hatillo en 2 horas. Para ganar 150 bolívares fuertes haciendo un jardín.

"¿Por qué hay tanta cola en Caracas?" pregunté a un sargento de tránsito en El Hatillo. "Por el caos urbanístico. Se construyen desarrollos sin hacer primero la vialidad." Tiene razón, las vías no dan más—y sin un sistema de transporte seguro y eficaz, un vehículo particular es una necesidad. Es así que las calles se llenan de carros.

Al exceso de vehículos, al transporte público inadecuado y al colapso del sistema vial se agrega otro problema: el abuso de muchos conductores, que manejan con infantil desprecio por los derechos del otro. Este abuso se agrava por la parálisis de las autoridades competentes.

Veamos un ejemplo.

Al lado de la intercomunal Guarenas-Guatire hay un Centro Comercial en cuyo acceso se forma una gigantesca cola, que a veces ocupa todos los canales. Si usted va a Oriente puede perder hasta media hora de viaje, cortesía del "Shopping Mall". ¿Nadie garantiza el libre tránsito en esta vía Nacional?

El caraqueño promedio pasa media jornada en las colas. Esto quiere decir que el tráfico cercena la mitad de la capacidad productiva de Caracas: que el tráfico es un enemigo que socava el poder del trabajo.

Detener el abuso en el tránsito debería estar en la agenda del nuevo Gabinete para el sector transporte.

Monday, August 09, 2010

El Imperio Motorizado en Sabana Grande

Fotos de Caracas: motorizados en Sabana Grande.
Motos estacionadas en el Bulevar Sabana Grande
No habiendo finalizado aún la remodelación del bulevar de Sabana Grande, el Imperio Motorizado reafirma su hegemonía frente al Banco Provincial, cerca del Gran Café.

Saturday, August 07, 2010

Caracas y el complejo político-económico

La casa tiene piso de tierra, de mármol, de cerámica; un cuadro de Cabré, la foto de los taitas, el dibujo del hijo. Tiene grama, jardineras, violetas en potes de leche; techo de zinc, de tejas, de concreto. Tiene un cuatro, un piano, un tambor. Todos utilería en el escenario de la danza de la vida. ¿Quién construye este escenario? Padres, abuelos, hijos y nietos.

Si la casa es escenario para la coreografía de la vida, la ciudad es la escena del drama urbano. ¿Quién le da forma? Sus ciudadanos.

La ciudad dialoga con nosotros, nos dice quienes somos. ¿Quiénes seríamos entonces los caraqueños? ¿Seríamos, como parece decir Caracas, crueles, insensibles, insensatos? Me niego a creerlo. ¿Pero como podríamos no ser lo que clama una Caracas que hemos construído entre nosotros?

Para resolver esta contradicción debemos profundizar en el significado de "nosotros".

El poder de dar forma a una comunidad no es el mismo para cada uno de sus miembros. En el momento en el que nace una hija su familia habrá sido obra de padres y abuelos, por ejemplo. Será en el transcurrir de los años que la hija podrá contribuir a recrear su grupo familiar.

De la misma forma, los ciudadanos no somos reponsables por igual de la ciudad. El paisaje urbano requiere de vías públicas, edificios, sanidad, parques, energía, agua, seguridad. Estos elementos, cruciales, no dependen de la inmensa mayoría, están bajo el control del poder económico y político.

La perversidad del paisaje urbano de Caracas refleja la del complejo político-económico que lo ha construído. Si no desafiamos la hegemonía de este complejo, su crueldad, insensibilidad e insensatez invadirán definitivamente el espíritu de todos.

La remodelación del Calvario, la construcción del Boulevard del Cementerio y la apertura del Café Venezuela, iluminan una esperanza. No todo está perdido, nos dicen.

Monday, August 02, 2010

El Imperio Motorizado

La Ley de Tránsito, esa que prohibe a motociclistas "circular entre canales, cambiando frecuentemente de canal o pasando indistintamente al centro, a la izquierda o a la derecha de la vía", ha sido de facto derogada. Anulada por el Imperio Motorizado. Ya no tiene sentido hablar de canales en calles o autopistas. En su lugar el movimiento de los motorizados genera caminos curváceos y cambiantes que todos los automovilistas debemos aprender a reconocer: so pena de recibir una patada en la carrocería, una mentada de madre o, si se tiene mala suerte, un tiro.

Existen clases sociales en el Imperio Motorizado, sin duda. Aún así Suzukis, Beras y Harleys imponen, a una, su hegemonía sobre la República. "¿Qué pasa mamita, te ayudo?," oí decir a un mulato. Le hablaba a una catirota, casi atropellada por atravesar su Ducati frente al carro de una anciana conductora.

El Imperio tiene su brazo armado: malandros y policías en moto. Nadie puede con su fuerza. (Nadie, excepto la lluvia del valle de Caracas; que cuando se precipita nos ofrece un vestigio de lo que significaría conducir en civilización.)

El Imperio entierra sus muertos con mayor solemnidad que la que se da a un Jefe de Estado. Da envidia ver la determinación con la que un cortejo de motorizados congela la autopista. Hombres, mujeres y niños montan sus motos con marcial eficacia. Crean con precisión inexpugnable una vereda que da paso a un humilde carro fúnebre: que lleva un humilde féretro bajo dos humildes coronas. Nuestra envidia pronto se transmuta en sincera solidaridad tribal, en resonancias de guerra en el inconsciente colectivo.

Incapaz de desafiar la hegemonía del Imperio Motorizado, he decidido conocerlo de cerca. He recorrido calles, avenidas y autopistas como parrillero en una moto taxi. De mi experiencia doy fe de la pericia y valentía de este primario ejército de hierro.

¿Será nuestro futuro el del Imperio Motorizado?